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Estas frases, dichas por Cole, resumen, justifican e hilvanan el desarrollo de las diferentes escenas donde interviene gente muerta. |
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Se entrelazan tres historias de diferente tensión argumental: la de Malcolm y su profesión de psicólogo infantil, la de Cole y la aceptación de su destino, y la de Anna quien no se resigna a la soledad. |
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La introducción del espectador en la trama se hace mediante signos leves al comienzo, incrementando el impacto de las manifestaciones en forma gradual, hasta las escenas más desarrolladas y contundentes del final. |
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El autor es el mismo director. Juega con las escenas desenfocadas, con iluminación gradual, y nunca plena, con medias visualizaciones. La música, de matiz sinfónico, llena de melancolía las escenas de la vida normal, y emplea la repetición con leve modificación de tono cuando la historia ingresa del otro lado de la realidad. Lleva adelante la filmación utilizando excepcionalmente las vistas panorámicas; los planos son de distancia coloquial o de mucha intimidad; las tomas exteriores (muy pocas) se caracterizan, en su mayoría, por primeros planos de trozos de edificios, al atardecer o amanecer y solamente para marcar el cambio de escenario. La mayor parte de las escenas transcurren en interiores; en el domicilio de Malcolm, en su estudio ubicado en el sótano de su vivienda; dentro de una iglesia que es el refugio temporario del niño y en su domicilio, tanto en la cocina como en los dormitorios, y fundamentalmente en su alcoba, donde ha construido su refugio, dentro de una pequeña carpa, acompañado de una linterna y de muchas imágenes santas. Durante el filme no existe contacto físico entre Malcolm y Cole, pero la intensidad de la comunicación entre ellos está lograda con las miradas. Muchos primeros planos de los ojos de ambos. |
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La iniciación en el clima de la película se hace mediante una frase en latín, evocando otras obras fílmicas del género, donde es utilizado como el idioma del maligno. Pero allí acaba toda similitud. Los recursos empleados por el director y que forman parte de la liturgia de los sucesos paranormales son las marcas de manos sobre una mesa como resultado del enfriamiento repentino, manchas luminosas cerca del niño fotografiado, la imposibilidad de caldear el ambiente de su vivienda, el evento dentro del armario, y por último las imágenes de los ahorcados, la suicida, el joven con el disparo en la cabeza, y la niña envenenada. |
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La madre de Cole es el personaje más terrestre de la película. Si bien se asusta de las cosas "raras" que suceden alrededor de su hijo, no considera que él sea un fenómeno (clasificación que el niño teme y rechaza); le ofrece la confianza que necesita mediante una simple frase: "mírame a la cara". No así Anna, la esposa de Malcolm, quien parece estar navegando en un universo propio, con intensa tonalidad melancólica, y muy lejos de la realidad. |
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El argumento presenta un tema repetido, y no por eso menos interesante: la necesidad de persistir, permanecer, volver desde la muerte, para expiar una culpa, completar una tarea, o sea, tomar una segunda oportunidad. |
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El comienzo del desenlace está marcado por la escena donde Malcolm escucha las cintas grabadas de las sesiones con Vincent, el motivo de un fracaso profesional anterior y actor de una fuerte escena al comienzo del film, llena de tensión y emotividad. En las grabaciones oye a un muerto hablar a su paciente durante su ausencia temporal del consultorio terapéutico. Esta evidencia de la existencia de un muerto escuchado por el joven, pero no por él mismo, presta el punto inicial del acto de fe que necesita Cole; "cómo podrás ayudarme si no me crees?". |
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Para quienes disfrutan de este género, la película es interesante; sin abusar de escenas truculentas las emplea con criterio; encuentra un final feliz, mediante la venganza de la niña envenenada, aunque llene de emoción y tristeza la despedida entre Malcolm y su esposa. Filme esotérico y sentimental. |
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Un defecto de edición encontrado: una toma frontal de Malcolm con el brazo extendido y el puño cerrado está seguida de una toma donde la mano está abierta. |
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