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LUTO EN TIERRAS DEL CORAZÓNEXPTE. I-0026-278-A |
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¤ DEL PERIÓDICO LOCAL En el día de ayer se informó de un hecho lamentable que costó la vida de tres hombres y una mujer. Una comisión policial se hizo presente en una vivienda de Barrio... respondiendo al llamado de los vecinos que dieron la alarma. No trascendieron más detalles. La policía investiga. |
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¤ PARTE POLICIALAsunto: denuncia de vecinos por movimientos irregulares. Arribo al sitio a las 20,30 hs. No responde nadie al llamado. Se ingresa al domicilio sin encontrar resistencia. Se encuentra un cuerpo. Sexo masculino. En el centro de la habitación. Sin vida. Se comunica a Central. Se establece un cerco policial. |
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¤ INFORME DE COMISIÓN HOMICIDIOSUn cuerpo sin vida. Sexo masculino. Presenta herida de arma blanca. Contenido de bolsillos; documento a nombre de Antonio José Herrera, Nº..., edad 28 años, dinero, papeles de negocios, llaves, pañuelo. El arma no está a la vista. Se procede a revisar el lugar. Una persona. Sexo femenino. Aproximadamente 60 años. En la cocina. No responde al interrogatorio. Se detiene en averiguación de los hechos. Se dispone traslado a comisaría. Se retiran los cuchillos para analizar. Un cuerpo. Sexo masculino. En instalación del patio. Ahorcado. Se procede a descolgar. Sin otra marca que en el cuello. Contenido de bolsillos: documento a nombre de Mario Ángel Ibáñez, Nº..., edad 45 años, cigarrillos, encendedor, pañuelo, llavero de cuero. Se requiere la presencia de la brigada especial por indicios de movimiento de tierra en el lugar. |
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¤ INFORME DE BRIGADA ESPECIALSe excava donde está indicado. Indicios de excavación reciente en 20 cm de profundidad. Terreno firme y asentado. A un metro de profundidad aparece parte de un miembro. Se descubre. Sexo masculino, vestido, adulto, sin identificación. Se trasladan los cuerpos a la morgue. Se indican autopsias. |
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¤ DECLARACIÓN DE JOSÉ ARÉVALO, MOZO DE BAR« Sí, oficial, yo conozco al Sr. Ibáñez; trabajaba para él...» «Ese día salió del bar a las 13 horas; caminó por esta misma vereda; se paró un ratito en la esquina...» «No, no miraba especialmente hacia ningún lugar; en realidad, muy bien no sé, porque yo le veía la espalda, nomás; después cruzó y siguió; creo que se dirigía a la tienda de la esposa, pero tuve que entrar al bar a atender y no lo vi...» «Sí, parecía cansado; empezaba una conversación y de pronto se quedaba en blanco, en otro lado...» «No, no vino temprano, yo abro siempre, él viene después de hacer sus cosas, bueno, venía...» «No, nunca mencionó eso, claro que no, pero no le hubiera creído...» «¿Cómo era? Bueno, era callado; pero lo voy a extrañar; era un patrón muy justo; nos llevábamos bien; nunca me hizo sentir la autoridad. Claro que yo no le di pie, ¿no?...» «No. Ahora no sé qué va a pasar; estoy bastante intranquilo, por mi empleo, ¿sabe?, de esto dependemos mi mamá y yo...» «Somos solos; tengo un tío, que era dueño del bar; casi lo fundió, dicho sea de paso; pero no podemos contar con él. Le digo más, es una carga para mi mamá estar pendiente de él; siempre tiene una chica que lo cuida y le da de comer; pero no le duran ni dos meses; es un viejo jodido...» «¿Problemas de plata? Acá no, el bar rinde bien...» «No, no conozco la tienda de la señora; sé que una vez les robaba alguien, un poco cada día; había un chico que les hacía los libros; alguien del barrio; le pagaban unos pesos; para ayudarlo habrá sido, porque antes lo hacían ellas...» «No, no conozco a la hermana del señor Mario. Creo que estaba enferma, o algo así. Soltera creo...» «Era bastante mayor que él...» «No, no lo sé; pero de algún lado me vino la idea; la debo haber escuchado...» «No, nada más.» |
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¤ DECLARACIÓN DE MIRIAM ZAPATA, COMERCIANTE«Sí, agente, ese día llegó al mediodía, como siempre...» «¿La hora? Al mediodía...» «Bueno, con exactitud no sé; serían más de las doce. Como le decía, se quedó en la vereda, sin hacer nada; pero él no necesitaba hacer nada; estaba ahí, tan buen mozo, más de...» «¿Cómo? Sí, ella estaba conmigo, ¿qué cree? ; estuvo toda la mañana; ni siquiera salió al médico, como pasó la otra vez que...» «¿Qué? ¿No lo sabía? Bueno, le cuento. Hace como un año pasó un hecho lamentable...» «¿Cómo? Bueno, si no le interesa, ¿para qué pregunta?...» «Está bien, pregunte, nomás...» «No...» «Sí...» «No...» «Entonces, ¿me deja hablar? Él llegó, se paró en la vereda, con esa pinta, tan sereno, tan...» «¿Deprimido? No, no sé; si hubiera estado deprimido yo le habría levantado el ánimo, ¿me comprende? Porque Silvia, la esposa, ¿sabe?, siempre parece que no había desayunado, me comprende, ¿no? Tan lánguida, tan...» «Bueno, no hablé con él; entró; Silvia levantó sus cosas, se despidió y se fueron callados...» «¿Ella? Bueno, qué le puedo decir. Nada. Era mi socia, claro...» «¿Porqué? Mire, fue un arreglo de una deuda que tenía mi padre y para que no le remataran la tienda le vendió la mitad al padre de ella; de ahí le vienen los humos...» «No, nunca pasó nada...» «Es decir, una vez hubo faltantes en el negocio...» «Sí, de dinero, entonces hicimos la denuncia; bueno, la hizo ella, porque yo no quería alboroto; vinieron de la seccional, hicieron preguntas, y ya no faltó más plata...» «No, ahora no falta nada; pero se da cuenta cómo quedo yo ahora, después de lo que hizo...» «No, no me dijo nada; en realidad no hablábamos mucho...» «¿Hijos? No; él tenía una hermana; la vi una vez que fui a la casa. Quisimos pintar la tienda y llevamos unas cosas allá, no me gustó la casa; es vieja; al comedor ni lo vi porque estaba oscuro; pero la verdad, el dormitorio de ella, de Silvia, me gustó; tenía mucha luz, aunque la colcha era demasiado infantil, me parece...» «¿La hermana? Vieja, con una mirada rara; enseguida se metió para dentro...» «No, yo no los frecuentaba; Silvia no me invitaba; seguro que tenía miedo de que le sacara el hombre...» «¿Cómo? No. Pero no porque él no quisiera, ella lo controlaba mucho...» «¿Qué le puedo decir de la hermana? Nada. Ni siquiera la llevaron a mi departamento cuando los invité para mi cumpleaños; porque yo todavía cumplo años, ¿me comprende? La verdad es que los invité para acercarnos; fue un fracaso; no sé qué le pusieron a la tarta; ellos no comieron, pero yo sí y me descompuse; el que estuvo muy mal fue Ernesto...» «Bueno, era un muchacho que me festejaba; joven, ¿vio? Y el pobre estaba sin trabajo; bueno, él estuvo como tres días enfermo, después no volvió más...» «Sí, la dirección del médico de ella se la puedo dar...» |
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¤ DECLARACIÓN DE GASPAR FARÍAS, JUBILADO«Sí. Yo le vendí el bar a Mario Ibáñez; ¿hay algo malo en eso? Está todo documentado. Vea, puede consultar los registros y ahí está todo legal y por escrito...» «Claro que lo conocía; no le iba a vender mi negocio a un desconocido...» «Sí, estaba casado entonces; pero no sé porqué me lo pregunta; Ud. lo puede averiguar comparando las fechas...» «¿Qué día? ¿Y quién dice que habló conmigo?...» «Claro que todos los días se paraba a conversar...» «Nada importante; si no, me acordaría...» «¿Deprimido? ¿Él? Si era joven y sano; cómo tendría que estar yo entonces, con medio cuerpo inútil...» «No, con esa presumida de la mujer no me trataba; ella me saludaba porque yo me quedaba mirándola fijo, pero no le contestaba, para que no sea hipócrita...» «Sí, el muchacho que trabaja en el bar es mi sobrino, hijo de mi hermana. Viuda, ¿sabe? ; varias veces le dije que se venga a vivir conmigo, pero prefiere venir de vez en cuando, pegarle un par de gritos a la chica que me cuida, y después irse; y yo sé que con el sueldo del muchacho a veces pasan necesidad. Pero hay gente terca...» «¿La situación económica? No, no lo sé; pero no creo que hayan tenido problemas. Una vez les ofrecieron comprarle el bar, para hacer un supermercado. Me lo contó, por supuesto; hace un año, o menos. Era un buen negocio; a cambio le ofrecieron compartir la sociedad; incluso le hicieron oferta por la casa. Tiene mucho terreno, pero no vale gran cosa. Es vieja, más vieja que la mía; y nunca la mejoraron; al fondo parece una villa de emergencia; hay un gallinero o un galponcito que da pena, lleno de yuyos, ratas y vaya uno a saber qué más...» «No, no lo he revisado...» «Bueno, Ud. pide muchos detalles. Desde que tuve el accidente no me puedo mover y ellos no me iban a llevar alzando, ¿no?...» «Sí, todo ordenado. El comedor me gustaba; tenía señorío; la cocina muy limpia, y el patio; pero al fondo, ¿qué le puedo decir? Un desastre...» «¿Chabela? Muy callada. En la casa es la que hace de todo. Yo la veo ir a la compra diaria; pero creo que se puso mal desde el asalto... Ah, ¿no sabe? La policía nunca sabe nada...» «Bueno, no se enoje, fue un chiste. El asunto debe estar en la comisaría; ella mató a un ladrón; la encontraron con el muerto en el piso de la cocina; me contaron que ella lo miraba al hermano y repetía que no se preocupara una y otra vez; desde entonces quedó medio medio. Si quiere detalles de eso puede verlo en la comisaría, o pregúntele a la Sra. Acosta, que ella sabe siempre todo; no sé cómo hizo para ganarse la confianza de esa presumida de Silvia; está mal que yo hable así ahora, pero es la verdad...» |
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¤ DECLARACIÓN DE GLADYS ACOSTA, AMA DE CASA«Soy vecina, pero fui muy amiga de Silvia; pregunte lo que necesite, oficial; hay que aclarar todo esto. Porque la gente habla sin saber, y no es justo...» «Fuimos compañeras de colegio; incluso fui testigo de su casamiento...» «No quiero hablar de Mario, o mejor dicho de la familia de él...» «No, no puedo decir que haya sido malo, pero no se puede mirar solamente a Mario; hay que ver a toda esa familia, la de él. Hubo varios tocados. La madre se metió en cama después de tenerlo a él y ya no se levantó nunca más; y esa hermana, pobre, no vivió más que para Mario; una frustrada; sin roce alguno...» «Sí, sí; pregunte lo que necesite saber...» «Silvia era delicada de salud, diabética, pero se cuidaba mucho, se controlaba siempre, pero nada tan serio. Últimamente estuvo preocupada por Chabela. Todo empezó hace como un año, cuando se le metió ese ladrón a la casa. Ella estaba sola y le dio un golpe que lo mató, salió la pobre hasta la tienda y Silvia había ido hasta el médico, y Mario no estaba en el bar; entonces se volvió y esperó con el muerto en la cocina hasta la noche. No se le ocurrió llamarme a mí. Y creo que algo le pasó por la cabeza el otro día cuando llegó ese vendedor; se le debe haber despertado algún recuerdo del otro tipo, y pasó lo que pasó...» «¿El estado de salud de Mario? No conozco. Nunca dijeron que consultara a un médico...» |
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¤ DECLARACIÓN DE RICARDO SANTOS, MÉDICO«Sí. La Sra. de Ibáñez era mi paciente. Su problema, la diabetes; a veces agravada por su temperamento nervioso, pero se cuidaba...» «Ah. No, no tenía ningún problema de salud que justifique su acción, aunque cada persona es diferente...» «Ah. Ud. quiere saber de la Srta. Ibáñez. No era mi paciente. Claro que la atendí alguna vez, pero no concurría a mi consulta. La Sra. de Ibáñez me conversaba sobre ella y pedía mi opinión, nada más...» «Sí, señor. La atendí en esa lamentable ocasión. Me llamaron tarde en la noche; la Srta. estaba en una crisis; repetía que todo estaba bien y que había enterrado alguna cosa; temblaba; tenía el aspecto desarreglado; hipotérmica; con algunas laceraciones en cara y manos...» «No, no la desvestí para revisarla. En realidad, la Sra. de Ibáñez me dijo que el intruso no la había tocado, y no la revisé. Solamente la mediqué para sacarla del shock. Cuando quedó dormida, con pulso y respiración normales, me retiré del domicilio. Ese suceso no fue comentado nunca más por la Sra. de Ibáñez en mi consultorio...» «No. El Sr. Ibáñez no era mi paciente...» «No. No tengo conocimiento de que tuviera o no problemas de salud...» |
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¤ NOTA PERIODÍSTICAASESINATOS AL POR MAYOR Continuando la información del día de ayer ha trascendido que en la vivienda de barrio... aparecieron cuatro cadáveres, tres hombre y una mujer, y que hay una persona de sexo femenino detenida como autora de los asesinatos. Dos de los muertos serían el hermano y la cuñada de la inculpada. Es todavía un misterio la presencia de los otros dos hombres, uno de los cuales, según informe de fuente confiable, llevaría muerto más de un año. |
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¤ INFORME DE INTELIGENCIA POLICIALCaso: ... Barrio: ... Según las declaraciones tomadas y los informes de las oficinas especializadas se concluye: 1º) Antonio José Herrera, argentino, vendedor, 28 años, domiciliado en... murió como consecuencia de herida de arma blanca en la zona abdominal; tiempo del deceso entre las 9 y las 11 horas del día de autos; 2º) Silvia Arosti de Ibáñez, argentina, comerciante, 35 años, domiciliada en... murió como consecuencia de ingerir sobredosis de barbitúricos tipo... tiempo del deceso entre las 12 y las 15 horas del mismo día; 3º) Mario Ángel Ibáñez, argentino, comerciante, 45 años, domiciliado en... murió como consecuencia de asfixia por ahorcamiento; tiempo del deceso entre las 12 y las 15 horas del mismo día; 4º) Rodolfo Sebastián Cuevas, argentino, comerciante, 30 años, domiciliado en... murió como consecuencia de heridas de arma blanca en zona dorsal y lumbar; tiempo del deceso entre 12 y 18 meses anteriores al día de autos; 5º) Los cuchillos retirados del domicilio presentan huellas digitales de Isabel y Mario Ibáñez en dos de ellos; las demás huellas son confusas; 6º) Se puede fijar el deceso del susodicho Cuevas en la misma fecha del incidente anterior, a 14 meses del presente; 7º) En ambos casos está presente la Sra. Isabel Ibáñez; procede la substanciación de la investigación, por prueba circunstancial y oportunidad. |
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DECLARACIÓN DE ISABEL IBÁÑEZ,
AMA DE CASA
Ud. dirá lo que quiere saber... Sí. Soy, mejor dicho fui, su hermana mayor... No. Yo no maté a nadie. Mejor dicho, a un muchacho sí, hace un año; le di un golpe porque se abalanzó sobre Mario y pensé que lo iba a lastimar... No dije nada por él; no era muy fuerte... No. Yo no los maté... ¿Que cómo explico yo lo que pasó? Y Ud., ¿cómo lo explica? Pregunte concretamente, por favor... No. Yo no los maté... No. Tampoco. Yo no le di nada a Silvia para que tome; esa dosis era para mí... Porque me cansé... Era mucho tiempo de cuidarlo y cada vez estaba peor. Venía de mi mamá; me encargué de él desde bebé; pero estaba empeorando y ya no podía más... Él volvió a entrar cuando le daba un café al muchacho que vino a vender libros; pasó sin decir nada y callado volvió y lo mató... No le quiero echar la culpa a un muerto; yo no lo maté... Se fue... Nada. Me quedé en la cocina; no sentí que pasaba el tiempo; entonces entró Silvia y lo vio en el comedor; fue a la cocina y me miró; le dije “yo no fui”; se volvió al comedor a esperar a Mario; oí que hablaban; me preparé las pastillas con leche y empecé a escribir una nota... No, Silvia me la sacó y la quemó; levantó el vaso; le dije que no, pero me miró y yo me di cuenta que ella sabía lo que tenía el vaso; salió de la cocina; creo que en ese momento Mario fue al fondo... No. No lo seguí. Me senté a esperar... No, no tenía voluntad de nada... Sí. Yo enterré al otro; Mario lo mató como a éste; pensé que era un mal momento y que nada ayudaría que se supiera que él era el autor; las cosas entre él y yo quedaron como si me hubiera defendido... Como no oía ningún ruido, me levanté y los vi a todos; me di cuenta que nada tenía remedio; no encontré más pastillas y no tuve coraje de clavarme un cuchillo; pero Ud. haga lo que tenga que hacer; si salgo libre de esto, le aseguro que me mato de cualquier manera. Para qué, para quién vivir, ¿no?. Ya no hay descendencia. |
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