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EL HERRERO DE WOOTTON MAJOR | ||
Comentario del relato de John Ronald Reuel Tolkien |
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Este cuento es el último que escribió J. R. R. Tolkien. Apareció por primera vez en 1967 y representa el corolario de la obra fantástica de este prolífico autor. La literatura basada en la fantasía tiene un mensaje de docencia escondido entre sus líneas y que ha compartido literariamente con las fábulas; la existencia del bien, el castigo o redención del mal, el acto de una elección que se debe hacer; pero a diferencia de las fábulas en los cuentos de fantasía existe el factor proveniente de un universo con magia no dominado por el hombre, y que se acerca a algunos para la concreción de misiones especiales. La ignorancia de este destino es necesaria como un presupuesto de respeto al libre albedrío del ser humano. El herrero de Wootton Mayor es el mejor de los cuentos de Tolkien; en unas pocas páginas redime toda su obra anterior, liberando la fantasía de los aspectos épicos y mitológicos que caracterizan su producción más abundante. De cualquier manera J. R. R. Tolkien no puede evadirse de sus propios condicionamientos: elige como protagonista a un herrero que es el hombre que domina el fuego y transforma los metales, personaje presente de una u otra manera en la mayoría de las mitologías europeas. Este herrero en particular tiene un designio especial, como no podía ser de otro modo dentro del mundo de la fantasía. Y a través de él su destino se convierte en una misión de carácter superior: señalar al que será el portador de la llama eterna del siempre jamás. En este último cuento Tolkien parece haber necesitado dejarnos un mensaje especial y podría resumirse en que la fantasía es un bien que no debe perderse y que es tarea humana trabajar por ello. |
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