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LORENZO, a su servicio

CHISTES DE VASCOS

Van dos vascos (Patxi e Inaki) a pescar sardinas a la ría de Bilbao. Quedan en el muelle a las 11 y aparece Patxi con una boya de 4 metros de diámetro colgada de la caña.
«Oye Patxi, ¿y por que llevas esa boya tan grande?»
«Ya ves, es mucho mejor porque tu la tiras y, aunque haya una tormenta con olas de 4 metros, siempre ves la boya y sabes dónde tienes el anzuelo.»
«Ah, claro, claro. Oye, pues, ¿y de dónde la sacaste?»
«Mira tú, pues que el otro día iba por la calle y me encontré una lámpara mágica, la frote y me salió un genio, que dijo que le pidiera cualquier cosa que deseara en el mundo, que él me la daba, ya ves.»
«Oye, pues luego voy a tu casa y le pido yo un deseo.»
«Vale, vale.»
Media hora mas tarde, en casa de Patxi, coge Inaki la lámpara, la frota y sale un genio.
«Pídeme un deseo y te será concedido.»
«Quiero tener pelas, muchas pelas, muchísimas pelas.»
«Vete ahora mismo a tu casa, que tu deseo ha sido concedido.»
Se va Iñaki para su casa, abre la puerta y se encuentra la casa completamente llena de velas y cirios de 2 metros de altura. Llama Iñaki a Patxi: «Oye, Patxi, que yo le he pedido al genio tener muchas PELAS y me ha llenado la casa de VELAS.»
«Nos ha jodido, a ver si te crees que yo le he pedido tener la BOYA más grande del mundo.»

Estos son dos vascos que se encuentran en la calle y le dice uno a otro:
«'Hola, Patxi, ¿cómo estas?»          «Pues mal.»
«¡¡¡Anda!!! ¿y eso?»          «Pues nada, porque el otro día me violaron.»
«Joder, y tú, ¿qué hiciste?»          «Pues nada, qué iba a hacer, que apreté el culo y me lo llevé a la comisaría.»

Iba Patxi, de Bilbao, paseando por Madrid, cuando al pasar por la Torre Picasso, ve un incendio enorme en el piso 42. Los ascensores bloqueados, las escaleras también, y la gente en la azotea gritando: «!Vamos a morir!»
Patxi les grita: «!EEHH! Venga, tiraos, que yo os cojo, pues!»

Y los de arriba: «Ese tío esta loco... ¿Cómo nos va a coger?»
Y uno de ellos dice: «Pues yo me tiro, me da igual morir quemado que estampado contra el suelo.»
Le hace una seña a Patxi y se tira. Patxi, por supuesto, le coge y le deja en el suelo intacto. La gente lo ve y se empieza a tirar, y Patxi los va cogiendo. De pronto se tira un negro y Patxi se queda mirando y no lo coge. El negro se queda convertido en un sello de Correos contra la acera, y Patxi dice: «!Oye, que digo que si dejáis de tirarme los quemaos, pues que acabaremos antes, ostia!»

«Oye, Inaki, ¿y como es que ya no vamos a bañarnos desnudos al rió a las 7:00 de la mañana?»
«Es que, Patxi, después me empalmo y me daño la polla contra las piedras del río.»
«¡Anda! ¿Y por que no nadas a espalda, pues?»
«¿Y que hago con el puente de Deusto, pues?»

En una noche tranquila en un caserío cerca de Bilbao, se oye un enorme pedo.
El hijo pregunta: «Padre, ¿has sido tú?»
«Sí, hijo mío, he sido yo.»
«Ya decía yo, me parecía mucho pa' la mula.»

«Oye, Patxi, ¿Tú crees en Dios?»
«Anda, y ¿quién es ése?»
«Sí, hombre, el de me cago en ...»

Esto es un vasco que está en un bar y le dice a un amigo que entra:
«Hola, Patxi, qué, ¿te compraste un 600?»
«Sí, pero hace poco, ¿y tú cómo lo sabes?»
«Porque lo llevas de mochila.»
«Ostia, ¡¡otra vez el cinturón de seguridad!!»

Están tres bebes en la maternidad y empiezan a hablar:
«Yo debo de ser un niño, tengo los patucos azules.»
«Pues yo debo ser una niña, tengo los patucos rosas.»

Y dice el tercero: «Entonces yo debo ser de Bilbao porque tengo unos huevos tan
grandes que no me veo los patucos...»

 

   
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