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LORENZO, a su servicio

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última modificación  31/03/01

CONSIDERACIONES SOBRE EL DISEÑO

ESTILOS CLÁSICOS

Los estilos clásicos tienen una potencia muy especial. Esa fortaleza viene de que el arte del bonsai tiene milenios de madurez y ha establecido sus estilos.

Llevar un arbolito hacia una de las formas clásicas es una meta a seguir por quienes conservan todas las condicionantes del arte original. Podría asegurar que el diseño no tiene aportes personales; el logro está en conseguir que un bonsai sea lo más parecido a los modelos clásicos.

¿Fácil? Nada más difícil. Necesita constancia y convicción. Es dominar la naturaleza hasta las últimas consecuencias. Esto dice de una actitud particular frente al árbol. Habla de una disposición de tiempo y conocimientos muy particular. Conseguir un bonsai en un estilo clásico no es fruto de improvisación ni del azar. 

Si éste es tu modo de verlo, pues, ¡manos a la obra!. Pero necesitarás algo más que los conceptos que puedas encontrar en esta página. Busca bibliografía sobre especies y estudia por sobre todas las cosas. Los estilos tradicionales se realizan sobre algunas en particular. Por ejemplo, un Net-suranari se consigue con olmos, ya que naturalmente tienden a crecer con raíces compartidas.

Y deberás aprender los otros procedimientos necesarios, y que no estás descriptos en mi página, ya que no los practico. 

FORMAS NATURALES

Las formas de la naturaleza son innumerables. Los estilos clásicos generalmente reproducen  formas de una naturaleza que ha sufrido la exposición a agentes climáticos especiales, resultando por ello con deformaciones particulares. Enfatiza las heridas y cicatrices de la lucha entre el árbol y su medio ambiente. Aparecen allí partes retorcidas, otras muertas; desplazamientos de los troncos, torsiones, inclinaciones exageradas; aparición de las raíces a flor de tierra, entre piedras, o saliendo de dentro de rocas.

Son, sin dudarlo, formas de la naturaleza. 

También lo son las armónicas, las ideales, las "perfectas". 

Es decisión del bonsaísta adoptar su postura. ¿La mía? Seguir a la naturaleza lo mejor posible. Si un arbolito ha nacido en la pendiente de una montaña y por eso tiene su tronco en un ángulo que busca la perdida verticalidad, pues que así quede; pero en mi jardín no tengo montañan y no obligaré a ninguno de ellos a sufrir esa agresión. 

PROPORCIONES

Para este tópico seguiré las normas clásicas. No hay nada mejor que la opinión de los que hace milenios crean y mantienen bonsais.

Las proporciones a las que me refiero son las que se establecen entre las diferentes partes de una composición. Y para ello determinemos cuáles son los elementos que intervienen e interactúan en ella: el árbol, el contenedor, otros elementos de paisaje, y algunas veces, el apoyo.

Según los lineamientos clásicos existen relaciones entre ellos, dadas en términos de proporciones. La altura del árbol es una de las medidas básicas para dichas proporciones. Ahora bien, el árbol crece y ello implicaría que a medida que se desarrolla irían modificándose las demás medidas. 

Algo así sucede, pero no es tan malo. En algún momento deja de crecer en altura. El árbol se estabiliza. Si recurrimos a información de la especie tomaremos nota de cuál es la edad "adulta" y en ese momento tendrá la medida. Pero podemos esperar a asignarle un contenedor definitivo al llegar a la altura final. Mientras usaremos otros más descartables. 

El contenedor (por no decir maceta) tiene un ancho equivalente a los dos tercios de la altura. La altura del contenedor, desde su base hasta el borde, será igual al ancho del tronco. El árbol no será colocado en el centro del contenedor, sino a un tercio del largo. Y debemos recordar que los grupos no deberán tener ejemplares pares.

La forma del contenedor puede ser circular o rectangular (muy pocas veces se emplean los cuadrados), pero las características del material debes mirarlas en la sección contenedores.

Existen otros "contenedores" que pueden salir de estas normas: son los que se utilizan para estilos particulares, como los Ishitsuki (colgando de una roca), o los Saikei (paisajes), y otros donde la composición deberá tener en cuenta el tamaño de la roca, o el volumen del grupo de árboles. También los hay que contienen agua, buscando el reflejo, y los que son solamente planos sin borde, formando el volumen de terreno con rocas, tierra y musgos.

LO NATURAL vs LO IMPUESTO

Es una cuestión de filosofía. Cada cual sabrá qué elegir en el momento de dedicarse a bonsai. Las razones son tan fuertes de un lado como del otro.

No es una elección fácil de realizar; lo más común es que los que se dedican a los "yuyos" rechacen la idea de obligar a un árbol a ser enano. Hay también personas que alegan fundamentos ecológicos, valederos a la hora de hablar del humo de las chimeneas de las fábricas, pero que muchas veces omiten recordar que el pan que comen se hace con trigo híbrido.

Claro está que la individualización de la persona que se dedica a bonsai es más fácil que buscar a los que produjeron las distintas semillas del trigo, maíz, ajíes, tomates, arroz, etc., etc. Y sin mencionar vacas locas...

Hay quienes acusan a los bonsaístas de omnipotencia, de querer ser dioses, de insano deseo de domeñar la naturaleza... Otros dirán que es la voluntad de crear un paraíso en miniatura por escapar del infierno del mundo real...

¿Qué es lo que yo creo?  Quedará entre mis arbolitos y yo...

LO MEJOR Y LO PEOR

Lo mejor es ver florecer un bonsai...

Lo peor es verlo morir, sin saber qué hacer...

Para las dos, lo necesario es estudiar, dedicarle tu tiempo, hablarle, acariciarlo, premiarlo, abonarlo, comprometerte con él.

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